Las empresas de tecnología financiera están mirando el vasto mercado de México de 130 millones de personas, una frontera sin explotar tanto para las empresas nacionales como para los esfuerzos internacionales. Sin embargo, a pesar de los avances en tecnología financiera, las métricas de inclusión financiera van a la zaga, lo que pone de relieve una desconexión entre el progreso de la industria y una adopción más amplia de productos financieros en esta economía latinoamericana.

Sin duda, el ecosistema fintech de México está prosperando y cuenta con casi 1.000 empresas, incluidas 217 entidades extranjeras de más de 22 países. En los últimos cinco años, el sector nacional ha demostrado un crecimiento impresionante, con una notable tasa de crecimiento anual compuesta del 18,4% en el número de nuevas empresas.

Las empresas fintech de toda la región se han posicionado como una de las principales puntas de lanza para abordar este desafío. Los bancos centrales latinoamericanos a menudo han fomentado su crecimiento en los últimos años para apoyar la inclusión de más personas en el ecosistema.

En México, sin embargo, los datos oficiales revelan pocas mejoras. Según la última Encuesta Nacional de Inclusión Financiera del país, publicada en 2023, el porcentaje de adultos con al menos un producto financiero -ya sean cuentas de ahorro, préstamos, seguros o cuentas de pensiones- se mantuvo estancado en 67,8% en 2021, incluso ligeramente por debajo del 68,4 % registrado en 2015. Esto significa que casi 30 millones de mexicanos aún permanecen fuera del sistema financiero, incluso cuando las fintech han crecido consistentemente en los últimos años con un supuesto enfoque en expandir la frontera de la inclusión financiera.

“Estos datos incitan a una reflexión dentro del ecosistema”, sugiere el informe conjunto de Finnovista y Visa, que analizó la situación de las fintechs en México. “A pesar de la amplia gama de productos fintech destinados a la inclusión financiera, aún queda un largo camino por recorrer para llegar a una porción importante del mercado”.

Según el informe, el 44.6% de todas las fintech en México tienen un objetivo claro: apuntan a segmentos de personas y empresas subbancarizadas. Sin embargo, la mayoría de las empresas todavía se centran en clientes que ya operan dentro del sistema financiero tradicional, ya sean individuos o corporaciones.

De hecho, el número de mexicanos con cuentas de ahorro ha aumentado, pero desde niveles significativamente bajos. Mientras que en 2015, el 44,1% de los adultos reportaron tener uno, en 2021 esa cifra fue del 49%, aún notablemente más baja que en la mayoría de los demás países de América Latina. El gobierno publicará nuevos resultados a finales de este año, que aún podrían mostrar alguna mejora en los últimos años.

“La mayoría de las fintech en México dependen de un cliente que ya está bancarizado”, dijo a Fintech Nexus Daniel Medina Siller, consultor en inclusión financiera y subgerente de crédito fintech en Cashi de Walmart. “Incluso para abrir una cuenta, el requisito es una transferencia del dinero del financiamiento a través del Sistema de Pago Electrónico (SPEI). En caso de disponibilidad de efectivo, deberán acudir a una sucursal bancaria para realizar el pago”.

Según el especialista, es crucial para el avance de la inclusión financiera flexibilizar los requisitos para los clientes no bancarizados. “Es importante que no se les obligue a tener una cuenta de débito ni a realizar transacciones a través de instituciones tradicionales para abrir cuentas”, afirma. “Deberían poder recibir una remesa o transferencia de dinero directamente a través de la aplicación sin necesidad de que el cliente tenga una cuenta bancaria previa”.

Los líderes de las tecnologías financieras a menudo culpan a la regulación como un factor clave en la lucha de México por establecer un ecosistema exitoso de pagos instantáneos similar al PIX de Brasil, una herramienta fenomenal de inclusión financiera. Si bien el PIX de Brasil tuvo un éxito notable desde su lanzamiento en 2020, el CoDi de México ha enfrentado desafíos. A pesar de estar disponible desde hace años, la mayoría de la población desconoce por completo CoDi y sólo unos pocos dependen de él para los pagos diarios, según datos del regulador.

Una dependencia tan grande del efectivo ha llevado incluso a las fintechs más innovadoras a incorporarlo a sus ofertas. Recientemente, Nubank, el prestamista digital más grande de América Latina por número de clientes, se asoció con una tienda departamental local para incorporar efectivo a su oferta.

Anunció una asociación con Arcus de Mastercard que permitirá a sus clientes depositar efectivo en una red de tiendas departamentales en el país, proporcionando así una herramienta para que los mexicanos no bancarizados accedan fácilmente a la banca digital.

“Durante muchas décadas, el sistema financiero mexicano ha operado en condiciones de baja competencia, lo que también es una de las principales causas de los bajos resultados de inclusión financiera observados en la encuesta”, dice Ernesto Calero, ex presidente de la asociación fintech de México. “Por lo tanto, promover la participación y el crecimiento de más empresas financieras digitales que ofrezcan servicios más alineados con las condiciones y necesidades de más segmentos de la población nos permitirá revertir esta tendencia negativa en la inclusión”.